fui al osteópata
fui al homeópata
me hice un pap
me hice un tac
caquitas de colores
de tan ricos olores
un pis en el frasquito
la sangre en tres tubitos
volví a la acupuntura
al tantra y al qigong
dejé el ordenador
me puse con el omm
lloré por los rincones
con todos mis dolores
el yoga no me ayuda
hay que creer en buda
la homeópata ludópata
se quedó mi jornal
tragué mil globulitos
y siempre igual de mal
la alópata me dijo
es todo emocional
me mandó pastillitas
y a casa con la baja
pero quién no trabaja
en esta sociedad
fui al psicólogo
fui al neurólogo
fui al astrólogo
y al podólogo
al final la respuesta
es clara y es rotunda
cuando la dicha no abunda
y la angustia ya no cesa
despeje usted la cabeza
yéndose a milonguear
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